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Las deidades primarias para los wiccanos son la Diosa y el Dios (La Gran Madre y su consorte). Los wiccanos reconocemos que la esencia divina se manifiesta a través de la interacción creativa de las polaridades divinas, las polaridades femenina y masculina de la divinidad, contrario a las religiones dualistas que entienden que las dos grandes fuerzas en el universo son antagonistas, con una siendo buena y la otra mala. Wicca es una religión duoteísta que reconoce que las dos grandes fuerzas del universo son necesarias y complementarias, siendo ambas la mitad del todo, y que todas las cosas son producto de su interacción.
La Diosa
La Diosa es la Gran creadora, y la madre de todas las cosas. Ella es quien crea y quien destruye. Ella es la Madre Tierra, la Señora de la Luna y Diosa de las Estrellas. Ella es la Triple Diosa que las regiones celtas llamaban Las Tres Madres.
Los tres aspectos de la Diosa se conocen como Doncella, Madre y Anciana. Las connotaciones de edad asociadas con estos títulos son resultado de las experiencias de los humanos, que son afectados por la edad y la muerte. Sin embargo, la Diosa es eterna; siempre cambiante y siempre renovada. Ella será joven y vieja según le plazca.
Doncella: Ella es la creadora, la señora del nacimiento y de la muerte, la Diosa de las estrellas, reina de los cielos, la inspiradora y la iniciadora. A Ella pertenecen la luna creciente, Venus, siendo la estrella de la mañana y de la tarde, y todo el reino de las estrellas. Su color sagrado es el blanco.
Madre: Ella es la preservadora, la señora del crecimiento y la fertilidad, la Madre Tierra, señora del amor, y la productividad. Como Diosa de la Tierra, Ella es también la Diosa de la soberanía, y es solo mediante el sagrado casamiento con Ella que el Rey adquiere derecho al trono. A Ella pertenecen la luna llena y la Tierra, las frutas, los rebaños y los campos. Su color sagrado es el rojo.
Anciana: Ella es la destructora, la señora de la decadencia y la muerte, la Diosa de la noche y del Hades, y también de las cuevas y las tumbas. Todo aquello que ha nacido tiene que envejecer, decaer y morir, y de aquello que está muerto y decayendo surge nueva fertilidad pues la vida siempre se alimenta de la vida. Por lo tanto, Ella es también la Diosa de la regeneración. A Ella pertenecen la luna menguante y la noche oscura, el silencio de las sombras, las encrucijadas de media noche, y el lamento de las viudas. Su color sagrado es el negro.
El Dios
El Dios de los wiccanos es el Dios Cornudo, el antiguo Dios de la Fertilidad, el Dios de los bosques, los rebaños y los campos, y de la caza. El es el señor de la vida, pero también es el señor de la muerte y la resurrección. Al igual que la Diosa, la naturaleza del Dios también es dual. El Dios Cornudo no es solamente cazador. También El es el cazado, El es el sol durante el día, pero también es el sol a la media noche. El es el señor de la luz, pero también es el señor de la oscuridad, la oscuridad en el Hades, el mundo de los muertos.
El es el alma colectiva del animal cazado invocada por el chamán primitivo y la tribu, y como tal, El es la víctima dada en sacrificio. El es la bestia sacrificada para que la tribu sobreviva, una ofrenda de esa alma colectiva que frecuentemente era reverenciada como animal totémico de la tribu o su espíritu ancestral.
El Dios Cornudo también es el espíritu de la vegetación y de todas las cosas verdes y crecientes, ya sean arbustos, bosques, o campos. Muchos de los Dioses de la vegetación tenían cuernos de toro, de cabro, de carnero o venado; de cualquiera de las bestias cornudas que fuera considerada sagrada en el lugar y el momento. Este aspecto es el Dios muriente y resucitante que muere con la cosecha al ésta ser cortada, pero que vive en la semilla enterrada y que nuevamente brota en la primavera.
El Dios Cornudo es el gran Dios Pan, el Dios con pies de cabro, torso humano y cara humana pero con facciones de cabro; el Dios cuyas características fueron atribuídas al "Diablo" de los cristianos, en un intento por eliminar su ferviente culto. El Dios cornudo no es el "Diablo," excepto para aquellos que temen y rechazan la naturaleza y los poderes de la vida y la sexualidad.
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