91 032 67 27 / 806 408 599 / 666 979 967 / México (55) 4746 0411 / USA 1 407 476 9588
Introducción:
1. La importancia de la medicina natural:
La farmacología y la medicina moderna han avanzado en este último siglo a pasos agigantados. Importantes descubrimientos científicos han ayudado a que las personas vivan más tiempo y en mejores condiciones que en las épocas de nuestros abuelos. Los antibióticos, la anestesia, las radiografías, el monitoreo y maravillas de la ciencia como la ingeniería genética son un logro importante de nuestra civilización. Sin embargo, pese a estos progresos, la muy desarrollada farmacología moderna también ha demostrado ser perjudicial para las personas por sus efectos secundarios, ya que las drogas químicas numerosas veces curan un mal pero Producen otra clase de desequilibrios difíciles de controlar.
Por eso es que la ciencia médica actual ha comenzado a tener en cuenta los remedios naturales que los doctores del pasado recomendaban a sus pacientes, ya que muchos de ellos son tan efectivos como los productos actuales de laboratorio, con la ventaja de ser a la vez económicos y no tener tantas contraindicaciones.
Estos remedios maravillosos provienen en su gran mayoría del reino vegetal y durante miles de años las personas se han curado sus males recurriendo a ellos. Tal vez hoy en día muchos de los usos de estas plantas resulten desconocidos para un gran número de personas, pero durante siglos fue natural que los mayores enseñasen a las nuevas generaciones a curarse de sus dolencias con hierbas. Al menos en el campo argentino, hace apenas treinta años atrás, las abuelas nos preparaban distintas infusiones o nos curaban con purgas y cataplasmas de hierbas cada vez que estábamos enfermos.
La Organización Mundial de la Salud calcula que las hierbas curativas son la medicina principal de dos tercios de la población mundial, la que asciende a unos cuatro mil millones de personas. Muchos científicos aceptan esta realidad, aunque opinan que utilizar plantas es adecuado solamente para los pobres, ya que no tienen acceso a la alta tecnología médica debido a los costos de la misma. Se equivocan, porque incluso en los remedios de laboratorio, se calcula que un 25 por ciento de los mismos, están elaborados con hierbas y minerales extraídos directamente de la propia naturaleza. La aspirina, por ejemplo, fue creada originalmente en base a una planta llamada ulmaria o spirea (la que le dio su nombre) y corteza de sauce blanco o, por ejemplo, el jarabe para la tos con gusto a cereza no es un caprichoso invento de los laboratorios actuales, ya que los indígenas trataban la tos con corteza de cerezo silvestre. Todo esto nos habla de la conexión estrecha que existe entre la medicina herbaria y la bioquímica actual, así como de la necesidad de conocer los beneficios de las plantas en nuestra autocuración para evitar los efectos perjudiciales de los productos de laboratorio.
Recuperar este saber y transmitirlo es el propósito de este artículo, porque la medicina tradicional merece mantenerse viva y el único modo de lograrlo es que las personas se curen con plantas, curen con ellas a sus niños y de este modo la memoria de la Tierra vaya perdurando a través de las generaciones, si es que nuestro generoso planeta sigue brindándonos todo aquello que precisamos para nuestra subsistencia de cada día.
2. Plantas curativas:
A. La importancia de las dietas balanceadas:
Alimentarse correctamente es fundamental para estar sano. Resfrío, alergias, dolores, de cabeza, problemas cardíacos y muchos otros males podrían evitarse con una nutrición adecuada. Lo que sucede es que no todas las personas saben con claridad en qué consiste comer bien, ya que muchas creen que es preciso consumir suficiente carne y lácteos para asegurarse una gran cantidad de proteínas al día, mientras que otras suponen que es bueno para el organismo comer solamente verduras de hoja y arroz integral. Algo que también contribuye a que miles de hombres y mujeres enfermen son las dietas para adelgazar, que desvitalizan por completo el organismo cuando no están equilibradas.
Además, para agravar este panorama, gran parte de los alimentos cuyas publicidades nos aseguran que son sanos, frescos y con vitaminas, resultan en realidad auténticos venenos para nosotros, ya que en vez de aportarnos energías, acumulan toxinas en nuestro organismo y, con el paso de los años, terminan por crearnos problemas muy graves de salud.
Es preciso entonces cambiar nuestros hábitos, porque tanto los que quieren curarse de alguna enfermedad como los que pretenden mantenerse saludables deben saber que la mejor de todas las medicinas es una dicta correcta.
Purificar es curar.
Imagine un estudiante de química mezclando distintas substancias en un tubo de ensayo. Algunas combinaciones tendrán un aroma agradable, otras -como el agua y el aceite- no se mezclarán nunca y puede que unir determinadas substancias produzca una explosión o el líquido resultante sea tan ácido que resulte peligroso que se derrame sobre la piel.
Ahora imagine su sistema digestivo, su estómago, su hígado, sus intestinos. Igual que en el tubo de ensayo los alimentos se desintegran y se combinan entre sí. Cuando las combinaciones son correctas usted se siente liviano, con mucha energía y de buen humor, pero cuando esto no sucede usted va lentamente perdiendo las fuerzas hasta que en algún momento se enferma.
Si todos los días de nuestra vida, durante largos años, nos alimentamos en forma incorrecta, es necesario que en algún momento purifiquemos el sistema para ayudarlo a descansar de tanto esfuerzo y darle la posibilidad de reponerse.
En esos casos, es muy bueno el ayuno o las curas, como la cura de las uvas o la del limón que explicaremos al finalizar este capítulo. Lo ideal es hacer primero una de estas limpiezas y luego comenzar a combinar bien los alimentos. Aunque, de todos modos, respetando ciertos principios de compatibilidad que pasaremos a explicar, será suficiente para que, poco a poco, recuperemos la vitalidad.
Lo que no debe comerse:
Para limpiar el organismo por dentro hay algunos alimentos que es mejor evitar, estos son:
* El trigo
* la levadura
* la sal
* los lácteos (solamente dos veces por semana, yogur natural)
* el café
* el alcohol
* los aditivos y preservantes
* el azúcar blanco
* los productos enlatados
* el chocolate
* las gaseosas
Para sustituir estos alimentos pueden usarse:
* Harina de trigo integral, mezclada con harina de gluten
* harina de centeno
* pan de soja
* pan de harina integral
* levadura fresca en vez de levadura seca
* sal marina
* queso y leche de soja
* infusiones de hierbas
* café de malta
* fructosa o miel en vez de azúcar
* agua mineral
* algarroba (en vez de chocolate)
Alimentos ácidos y alcalinos:
Otro punto fundamental que es preciso tener muy en cuenta desde ahora es cuáles alimentos son ácidos y cuáles alcalinos, ya que esa es la base de toda combinación. Nuestro estómago no está preparado para digerir más que un 20 por ciento de alimentos ácidos por día, por lo que debemos reducirlos al mínimo en nuestra dieta.
Alimentos alcalinos:
Manzanas, duraznos, paltas, bananas maduras, cerezas, grosellas, dátiles, higos, uvas, limones y limas, mangos, melones, aceitunas frescas, mamón, peras, pasas de uva, chauchas, remolachas, brócoli, coliflor, apio, acelga, achicoria, pepino, algas, berenjenas, ajo, lechuga, perejil, pimientos, papas, batatas, calabaza, rábano, semillas de soja, espinacas, nabo, berro, leche fresca, maíz, mijo, miel, tisanas, almendras, castañas asadas, vinagre de sidra.
Aceite de oliva, aceite de maíz, soja, semillas de sésamo, manteca.
Alimentos ácidos:
Jaleas, dulces, bananas verdes, aceitunas en vinagre, ciruelas, jugo de ciruelas, repollitos de Bruselas, garbanzos, lentejas, cebollas, tomates, quesos (todos), helados, leche (hervida, pasteurizada, en polvo y enlatada), carnes (de todo tipo), gelatina, salsas, harina blanca, cebada, pan, trigo sarraceno, bizcochos, maíz, harina de maíz, fideos y otras pastas, arroz, bebidas gaseosas, bebidas alcohólicas, caramelos, chocolate, cacao, café, condimentos, almidón de maíz, medicamentos (en especial aspirinas), huevos (sobre todo la clara), aromatizantes, tabaco, vinagre.
Estados emocionales que favorecen la acidez estomacal:
Exceso de trabajo, pocas horas de sueño, preocupaciones, tensión, enojo, resentimientos.
B. Los componentes esenciales de una dieta balanceada:
El equilibrio es la base de la salud y, en la nutrición, este equilibrio debe establecerse entre la cantidad de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales que se ingieren.
Las proteínas deben limitarse a un quince por ciento de nuestra alimentación diaria. Los alimentos que contienen proteínas son los siguientes:
* Pescado
* Pollo
* Carne
* Huevos
* Yogur
* Queso de soja
* Leche de soja
* Porotos de soja
* Semillas de girasol
* Semillas de calabaza o zapallo
* Semillas de sésamo
* Almendras
* Legumbres (especialmente las lentejas)
Otro componente alimenticio básico son los carbohidratos.
Estos se encuentran en una importante proporción en esta lista de los siguientes alimentos:
* Arroz
* Mijo
* Trigo
* Sémola
* Salvado de centeno
* Cebada
* Papas
* Pastas
* Pan
* Avena
* Zanahoria
* Nabo
El azúcar también proporciona carbohidratos pero es necesario limitar al máximo la cantidad que se consume porque el azúcar, los dulces en general y el chocolate en particular, provocan un aumento brusco del nivel de azúcares en la sangre que termina causando debilidad, dolor de cabeza, cansancio o irritabilidad. Además, el exceso en el consumo de azúcar provoca descalcificación y favorece la osteoporosis.
Respecto de las fibras, un componente de la dieta que en la actualidad está muy de moda, es preciso decir que no conviene agregar salvado a las comidas para tener más fibra, porque esto irrita finalmente los intestinos y provoca inconvenientes en la digestión. A fin de incorporar fibras, algo imprescindible para quienes sufren de estreñimiento, lo mejor es alimentarse con:
* Frutas frescas
* Verduras de hoja
* Cereales integrales
* Legumbres
* Raíces
Algo bueno de tener en cuenta es que el tomate, la berenjena y los pimientos, si bien contienen fibra, resultan perjudiciales en grandes cantidades, ya que poseen un veneno llamado solonina, nocivo para el sistema nervioso.
Las grasas - o lípidos- son otro ingrediente infaltable en la alimentación. Es un grave error creer que las personas más sanas son las que no tienen un gramo de grasa en su cuerpo, ya que las grasas nos ayudan a regular la temperatura corporal, y protegen de golpes o heridas a los huesos y los órganos internos. Por otra parte, un organismo sin grasas tiene pocas defensas, es más propenso a las infecciones y otras enfermedades, en ocasiones, graves.
Lamentablemente nuestra sociedad ha hecho un culto a la delgadez y la publicidad nos muestra personas muy por debajo de su peso, que se convierten en nuestro ideal físico, causando un gran daño, especialmente a las adolescentes, ya que muchísimas jóvenes para parecerse a estos modelos de belleza dejan de comer o se someten a dietas extremas. Esto en muchos casos es tan grave que lleva a jóvenes y adultos a la muerte.
Para que esto no suceda - sin caer en el extremo de consumir grasas en exceso- hay que ingerir una cierta dosis de grasas diarias. Lo mejor es evitar las grasas duras, como la de cerdo y la de carne, que aumentan el colesterol, y consumir moderadamente aceite de oliva, semillas de lino y una cucharadita diaria de aceite de pescado, excelente para evitar infecciones y reducir el colesterol.
Por último están las vitaminas y los minerales, todos ellos necesarios para estar saludables y protegerse de toda enfermedad.
A continuación usted encontrará una lista completa de las vitaminas y los minerales que necesitarnos para estar saludables y los alimentos que contienen estas substancias, Para utilizarla correctamente proceda de este modo:
1) Lea atentamente los beneficios de cada mineral o vitamina y determine usted mismo sus necesidades; por ejemplo, si está muy nervioso, verá que las vitaminas del grupo B son excelentes para ayudarlo.
2) Prefiera entonces los alimentos recomendados que contienen generosas cantidades de esta vitamina.
Azufre:
Tonifica el cabello y la piel. Ayuda en caso de infecciones y de mal funcionamiento hepático.
Alimentos que contienen azufre: Ajo, algas, diente de león, cebollo, berros, repollitos de bruselas, pepino, zanahoria, higo, yema de huevo, verduras de hoja, papas, espinacas, nabos.
Calcio:
Mantiene sanos huesos y dientes, ayuda a una mejor coagulación de la sangre y elimina la acídez,
Alimentos que contienen calcio: Consuelda, malvisco, regaliz, cola de caballo, semillas de sésamo, coliflor, algas, almendras, miel, lechuga, harina de avena, aceitunas, uva, limón, cebollas, nabos, naranja, hojas de diente de león, rábanos, salmón, trigo integral, espinacas, tomates, aceitunas, avellanas.
Cloro:
Mejora la memoria y fortalece el hígado.
Alimentos que contienen cloro: Lechuga, apio, espinaca, espárragos, remolacha, coliflor, acedera, ciruelas, hinojo, cebolla, tomate.
Cobre:
Combate la anemia.
Alimentos que contienen cobre: Efedra, duraznos y nabo.
Flúor:
Evita las caries y previene la osteoporosis.
Alimentos que contienen flúor: Arroz integral, repollitos de Bruselas, coliflor, yemas de huevo, ajo, avena arrollada, centeno, espinacas, berros, remolacha, puerros.
Fósforo:
Esencial para el funcionamiento del cerebro y el riñón. Interviene en la formación de huesos y dientes.
Alimentos que contienen fósforos: Algas, arroz, germen de trigo, semillas de calabaza, semillas de girasol, semillas de sésamo, nueces, pescado, repollo, semillas de mostaza, berenjenas, rábanos, puerro, coliflor, ciruelas, espinaca, berro, mariscos.
Hierro:
Ayuda en el crecimiento, fortalece el sistema inmunológico, evita la fatiga física y mental.
Alimentos que contienen hierro: Diente de león, ortiga, frambuesas, genciana, germen de trigo, arroz, manzanas, nueces, pasas de uva, hinojo, hojas de diente de león, calabazas, ciruelas, semillas de sésamo, lentejas, verduras de hoja.
Manganeso:
Reduce la tensión y mejora la memoria.
Alimentos que contienen manganeso: Consuelda, manzanas, duraznos, centeno, nabo.
Magnesio:
Es antiestrés y mejora el sistema cardiovascular.
Alimentos que contienen magnesio: Valeriana, diente de león, germen de trigo, avena arrollada, nueces, almendras, arroz, acedera, centeno, apio, berenjenas, naranjas.
Potasio:
Útil en los tratamientos antialérgicos y en la purificación de los residuos orgánicos.
Alimentos que contienen potasio: Algas marinas, coliflor, repollo, espárragos, pepinos, rábanos, acedera, tomates, berros, porotos.
Selenio:
Previene el envejecimiento prematuro, evita problemas de piel y de próstata.
Alimentos que condenen selenio: Germen de trigo, atún, salvado, cebollas, tomates, brócoli, moluscos.
Silice:
Fortifica arterias, tendones, piel, cartílagos y es bueno para la vista.
Alimentos que condenen sílice: Cola de caballo, lechuga, espárragos, remolacha, rábano, avena, arroz, semillas de girasol, cereales, verduras de hoja, todas las frutas, diente de león.
Sodio:
Regula las funciones nerviosas y musculares.
Alimentos que contienen sodio: Algas, caléndula, aceitunas, durarnos, cebada, higos, huevos, dátiles, rábanos, nabos, lentejas, repollo colorado, avena.
Yodo:
Interviene en el metabolismo, mejora memoria y favorece la belleza del cabello y la piel.
Alimentos que contienen yodo: Algas marinas, nabos, moluscos, ajo, cebollas, papas, zanahorias, hongos, apio, yema de huevo, chauchas.
Zinc:
Ayuda en casos de infertilidad, de problemas de próstata, de crecimiento lento, colesterol alto y poca formación de insulina.
Alimentos que contienen zinc: Frambuesa, alfalfa, olmo americano, duraznos, ostras, huevo, damascos, germen de trigo, semillas de mostaza, cacao, semillas de calabaza, levadura de cerveza.
Las vitaminas:
Vitamina A:
Evita infecciones respiratorias y ayuda al crecimiento.
Alimentos que contienen vitamina A: Alfalfa, zanahoria, espárragos, hojas de mostaza, hojas de diente de león, acedera, berros, espinacas, perejil, manzanas, jengibre, mamón, centeno, ajo, batata, manzana, repollo, frutas y verduras de colores intensos.
Vitamina B:
Interviene en el crecimiento y protege al sistema nervioso del estrés.
Alimentos que contienen vitamina B: Levadura de cerveza, melaza, alfalfa, ajo, germen de trigo, semillas de girasol, semillas de sésamo, manzanas, jengibre, nabos, centeno.
Vitamina B2:
Contribuye al crecimiento y la reproducción, ayuda a que crezcan el cabello, las uñas y la piel.
Alimentos que contienen vitamina B2: Levadura de cerveza, melaza, ajo, almendras, germen de trigo, manzanas, mijo, jengibre, centeno, verduras de hoja verde, pescado, huevos, levadura, queso, hígado, riñones.
Vitamina B3:
Revitaliza las hormonas sexuales, incrementa la energía, ayuda al sistema nervioso y a la digestión, reduce el dolor de cabeza y el colesterol.
Alimentos que contienen vitamina B3: Levadura de cerveza, melaza, alfalfa, manzanas, ajo, jengibre, cebolla, trigo, perejil, berros, nabos, centeno.
Vitamina B5:
Ayuda en la cicatrización de heridas, combate infecciones, mejora el sistema inmunológico, aportar energía al organismo. Alimentos que contienen Vitamina B5: Levadura de cerveza, melaza, centeno, nabo, ajo, perejil.
Colina:
Mejora la memoria, beneficia al hígado, permite asimilar mejor el colesterol.
Alimentos que contienen colina: Levadura de cerveza, melaza, perejil, nabo, hígado, sesos, yema de huevo, germen de trigo, verduras de hoja.
Vitamina B12:
Regenera las células rojas de la sangre, aporta energía, mejora la concentración y el funcionamiento del sistema nervioso.
Alimentos que contienen Vitamina B12: Levadura de cerveza, melaza, alfalfa, consuelda, centeno, legumbres, semillas germinadas, huevos, riñones, leche, hígado.
Vitamina B17:
Aunque no está completamente comprobado su efecto, se cree que controla el avance del cáncer.
Alimentos que contienen Vitamina B17: Levadura de cerveza, melaza, duraznos, manzanas, cerezas, ciruelas, damascos.
Vitamina C:
interviene en la absorción del calcio, la formación del colágeno, la cicatrización de heridas, la reducción del colesterol, impide que se formen coágulos en la sangre, cura el escorbuto, las enfermedades en las encías y refuerza el sistema inmunológico.
Alimentos que contienen vitamina C: Alfalfa, caléndula, naranjas, manzanas, berros, ajos, cebollas, nabos, pimienta de cayena, pimientos rojos, perejil, limón, nueces, papas, verduras de hojas verdes, coliflor, tomates, batatas.
Vitamina D:
Fortalece los huesos y los dientes, previene el raquitismo, ayuda a curar resfríos.
Alimentos que contienen vitamina D: Alfalfa, fenogreco, manzanas, berro, leche, aceite de hígado de pescado, atún, salmón, sardinas, arenques.
Vitamina E:
Retarda el envejecimiento, aporta mucha energía, previene la formación de coágulos en la sangre, alivia la fatiga, evita abortos durante los primeros meses de embarazo, protege los pulmones.
Alimentos que contienen vitamina E: Alfalfa, caléndula, menta, manzanas, perejil, centeno, germen de trigo, trigo integral, porotos de soja, brócoli, repollitos de Bruselas, espinacas, aceites vegetales, huevos, verduras de hoja.
Vitamina F:
Otorga salud al cabello y a la piel, combate enfermedades cutáneas y cardíacas.
Alimentos que contienen vitamina F: Prímulas, ajo, aceites vegetales, germen de trigo, linaza, girasol, cártamo, porotos de soja, paltas.
Vitamina K:
Contribuye a la mejor coagulación de la sangre, previene hemorragias intemas.
Alimentos que contienen vitamina K: Alfalfa, duraznos, porotos de soja, aceite de hígado de pescado, verduras de hojas verdes, yogur, ajo.
Vitamina P:
Fortalece el sistema inmunológico, evita que las encías sangren, refuerza la resistencia de los capilares.
Alimentos que contienen vitamina P: Trigo sarraceno, la piel blanca de los cítricos, duraznos, moras, cerezas.
4. Como combinar los alimentos en la dieta diaria.
1) Consuma varías frutas al día ya que las frutas tienen el poder de permitirnos eliminar las toxinas del organismo.
Lo mejor es ingerir frutas o jugo de frutas como único alimento en el desayuno y la merienda beneficiando de este modo el proceso de eliminación, sobre todo para aquellos que padecen estreñimiento.
La fruta no debe mezclarse con NINGUN otro alimento, por eso es mejor comerla sola o antes de las comidas y esperar al menos quince minutos antes de ingerir cereales, carne, verduras o harinas, En el caso de la banana, por ser de digestión más lenta que la mayoría de las frutas, debe comerse una hora antes que el resto de los alimentos, Nunca consuma fruta después de comer, porque tardará hasta cuatro horas en digerirla, fermentará y las substancias en descomposición llegarán a la sangre.
2) El treinta por ciento de su dieta debe estar compuesta por verduras, la mitad cruda y la otra mitad cocida.
Al menos una vez al día es beneficioso consumir ensalada. Es preciso limitar el consumo de tomates, berenjenas, pimientos, papas y espinacas. El resto de las verduras puede ingerirse sin límite de cantidad y combinadas con cereales, carnes legumbres o lácteos.
3) Los cereales son básicos en una dieta sana, en especial el arroz integral.
También son recomendables el trigo, el maíz, la avena y el centeno. Hay que combinarlos solamente con verduras y nunca con carne o legumbres.
4) Al menos dos veces por semana es preciso comer legumbres: lentejas, porotos o garbanzos, siempre combinados con verduras.
5) Si come carne de hágalo solamente por la noche y combinada con verduras.
De todos modos es mejor limitar al máximo el consumo de carne roja, ya que exige un sobre esfuerzo al sistema para su digestión y también de pollo, ya que los pollos de criadero contienen elevadas cantidades de hormonas. De todas las carnes, la más sana es la de pescado, siempre que esté bien fresco y preparado a la plancha o al vapor. Los embutidos y las carnes ahumadas son muy perjudiciales para la digestión.
6) Los lácteos son difíciles de digerir y forman mucosidades, por eso están especialmente contraindicados para los alérgicos.
Es mejor reemplazar la leche de vaca por la leche de soja o directamente eliminarla. Limite al mínimo el consumo de yogur. La manteca no tiene contraindicaciones, pero si su uso es moderado.
7) Para aderezar ensaladas lo más saludable es el aceite de oliva y el limón. Sin embargo, otros aceites en pequeñas cantidades también son necesarios para el organismo.
8) Incorpore al menos 100 gramos de semillas en su dieta. Las mejores son las almendras crudas, las nueces, las semillas de calabaza, girasol y sésamo.
La cura de la uva y la del limón.
En la antigüedad era habitual que cada tanto las personas ayunasen y se purgasen para purificar sus intestinos. Esta costumbre se ha perdido, aunque muchos médicos orientales y también los médicos de campo occidentales de la vieja escuela siguen recomendándoles a sus pacientes un ayuno terapéutico para combatir un gran número de enfermedades.
Otra opción no tan extrema como la del ayuno es la de la cura de frutas. Las más efectivas son la de las uvas y la del limón.
La cura de las uvas es sencilla y consiste en alimentarse entre uno y tres días exclusivamente en base a uvas maduras, sin cáscara y sin semillas. La uva es muy rica en fructosa, el azúcar de las frutas y por lo tanto evitará que el paciente sufra los efectos desagradables de baja de presión, hambre y fatiga habitual en estas dietas. Es algo más suave que la cura del limón y recomendable para tratar tanto una leve indigestión como para purificar al organismo en caso de dolencias graves. La cantidad de uvas a ingerir no tiene un límite fijo y se acompaña esta alimentación exclusivamente con agua mineral. Es mejor que las ingestas se vayan haciendo en pequeñas cantidades.
La cura del limón se ha utilizado mucho para combatir tuberculosis, sarampión, viruela, fiebres, tifus, blenorragia y sobre todo reumatismo, gota y artritis, ya que disuelve el ácido úrico, Sin embargo, es necesario consultar con el médico de cabecera antes de llevarla a cabo.
El tratamiento consiste en tomar el jugo de un limón el primer día, de dos Limones el segundo y así aumentando hasta llegar a diez limones el décimo día, Luego se reducirá el undécimo día a nueve limones, el duodécimo a ocho y así sucesivamente hasta volver a beber el jugo de un solo limón el vigésimo día. Esto se consume en ayunas y se espera una hora antes de ingerir un desayuno liviano. Se puede comer a voluntad, siempre que se trate de alimentos ligeros.
Ambas curas pueden producir urticaria, dolor de cabeza, aliento fuerte, deseos permanentes de orinar y otros síntomas que indican que el cuerpo se está desprendiendo de toxinas. No hay que asustarse y sí seguir adelante con el tratamiento.
5.Sinónimos de los alimentos mencionados en toda la información de hierbas:
Alcaucil: Alcachofa.
Arvejas: Guisantes.
Banana: Plátano.
Batata: Boniato.
Brócoli: Bróculi, brécol.
Damasco: Albaricoque.
Durazno: melocotón.
Maní: Cacahuete, cacahuate.
Manteca: Mantequilla.
Palta: Aguacate.
Porotos: Judías.
Porotos de manteca: judía tiernas.
Papa: Patata.
6. Como preparar recetas para la salud con hierbas naturales:
A. Recetas:
Albahaca para el acné:
(Antibiótico) (infusión) Poner agua hirviendo en una taza y agregar hojas de albahaca, guardar tapado en el refrigerador y poner compresas frías en la cara.
Para los parásitos o el sistema inmunológico: preparar lo mismo y tomarlo como té.
Albahaca morada: (Para el acné y el azúcar) Cortar la albahaca ponerla en una taza, agregarle agua caliente esto se toma para nivelar el azúcar, también es antiséptico, antibacterial y desinflamatorio, cuando se enfría se guarda en la heladera y se pasa por la cara y compresas para el acné.
Aguacate (palta): (Sustituye a la carne).
Hoja de aguacate: (Para úlceras estomacales) Hacer una infusión para inflamación de los intestinos. (Dolor de cabeza) colocar hojas de aguacate en la cabeza.
Ajo: (Contiene antibióticos Lisina y Linassa) Machacado es como 100.000 unidades de Penicilina, ponerlo en los dedos es muy bueno para las uñas, para los Hongos, ponerlo en el pan para comer, el ajo entero y tomado como píldora no sirve para estas cosas.
Ajo fresco, gugul: Para prevenir el colesterol malo.
Aloe vera: (Estreñimiento) Se pela la penca y se lava muy bien para sacarle lo amargo, se corta en trozos y se guarda en el congelador, todas las mañanas se sacan 1 o 2 trozos, se le hecha jugo de limón y se toma en ayunas.
Berenjena: (Colesterol, limpiadora, celulitis). Se pica cruda en trozos, ponerla en una jarra de agua, dejar descansar, se mantiene en la heladera y se sigue agregando agua hasta que no dé el color amarillo allí se cambia la berenjena, esto se toma como agua para limpiar el organismo.
Cebolla morada: (Para hígado y riñón) es antiséptico, se le hecha agua caliente a una rodaja de cebolla, se le agrega a la sopa, pollo o a cualquier comida.
Cholestain: Hace el mismo efecto de los remedios recetados par el colesterol.
Coenzime q10: Para prevenir ataques al corazón.
Comino en grano:(para cólicos intestinales) echar agua caliente sobre los granos de comino y tomarlo como té.
Lechuga para dormir: (Es tranquilizante, para el insomnio y para la ansiedad) Poner agua hirviendo en una taza, agregar hojas de lechuga, tapar y dejar enfriar por 15 o 20 minutos tomarlo 1/2 hora antes de ir a dormir para poder descansar.
Llanten: (Depurativo, limpiador, gastritis, acidez). Sacarle los tallos y ennervadura porque produce perdida de la vista, se pone en una taza de agua, se deja 15 minutos y se toma 3 veces al día.
Pepino: (Diurético y para adelgazar). Se corta en cuadraditos con cascara, se ponen 8 o 10 cuadraditos en agua y jugo de limón, se licua y se toma esa agua si es posible en ayunas, la cascara es como una escobita que elimina las toxinas.
Perejil: (Manchas de la piel) pasar por procesador se utiliza 6 cucharadas de sopa (30grs.) en 1/2 litro de agua, hervirlo por 5 minutos, guardar en el refrigerador tapado, se toma 3 veces al día para manchas de la piel. (Celulitis) Se hierve bastante perejil y se toma esa agua todo el día cuanto más se tome es mejor para retención de líquido.
Romero: (Artritis) se coloca el romero machacado y un cubito de alcanfor machacado (una cucharada) en un frasco de alcohol, dejar descansar por 5 o 10 días batiéndola todos los días para mezclar bien, se fricciona donde duele.
Ruda: (Dolor de oídos, presión arterial, varices, circulación, tranquilizante) hacer una infusión: colocar bastante en una taza y echarle agua caliente, dejar enfriar y tomarlo como té.
Semillas de calabaza: (Para próstata, vejiga, inflamación). Secar las semillas, echar en la licuadora con cucharadas de azúcar y licuarlo, se puede mezclar con yogurt, cereales, arroz o en lo que quiera.
Tomate o cebolla para astillas: poner una rodaja de cebolla o tomate en un curita o benda y la astilla saldrá sola.
Yogurt: (Hongos vaginales, hacer mascarillas) Poner en el fuego un galón de leche apagar el fuego a punto de hervir, cuando lo toca y ya no quema agregarle un yogurt plain, mezclar bien y dejarlo toda la noche sin tocar ni mover, pasarla a una jarra y se le puede agregar frutas y comerlo, o dejarlo solo para mascarillas.
Gases, estreñimiento, digestión: Hacer tres infusiones, una de manzanilla, otra de menta y otra de jengibre, se toman después de las comidas ayuda para la digestión, mezclar gotas de canela en la menta o el jengibre en un vaso de agua.
Astas: Aceite orozus, licorice, ponerlo sobre las llagas.
Mal aliento: Masticar una ramita de perejil después de las comidas.
B. Cáscaras medicinales:
Passion fruit: (Digestivo) Se corta y se saca la semilla, se hierve la pulpa se hecha gotas de vainilla, cuando se enfría se licúa y se pone en la heladera, se toma frío y ayuda a la digestión.
Cáscara de huevo: (Calcio natural, Vitamina A y D) Poner las cascaras bien lavadas boca abajo se cubre con redecilla, se pone al sol, lejos de bichos o contaminación, Se deja hasta que quede vidrioso. Se ponen en la licuadora, no debe tener humedad, licuar bastante para que quede bien finito, se guarda en frasco de vidrio bien limpio y se guarda en gabinete oscuro. Se pone en las comidas, cereal, jugo, etc. Es bueno para uñas, cabellos huesos y prevenir la Osteoporosis (especialmente después de los 40 años)
DOSIS: Adulto 1 cucharada, Niños 1/4 o 1/2 cucharada.
Cáscara de huevo para las plantas: (Sirve como calcio y nutriente) Licuar la cascara de huevo con bastante agua, se riega 1 vez a la semana especialmente los helechos. Se ponen más verdes y da más flores.
C. Cómo preparar recetas con hierbas curativas naturales:
Aunque en la actualidad es sencillo conseguir hierbas para preparar tisanas en diferentes comercios, también es posible cultivar o recolectar hierbas y prepararlas para el propio consumo. Por lo general, las plantas se consumen secas y tradicionalmente se las ataba en manojos que se ponían a secar en un lugar tibio, seco y sombreado. Este método tiene la desventaja de ser muy lento y además los aromáticos aceites volátiles de muchas hierbas se pierden con el paso del tiempo. Para evitar estos inconvenientes, lo mejor es optar entonces por secar las hierbas al horno, a unos 35 grados de temperatura, colocándolas para ello en una vasija de barro.
Una vez secas, las hierbas deben pulverizarse. Esta operación puede hacerse en el hogar tanto con un mortero como con un molinillo de café, siempre que el mismo haya sido cuidadosamente limpiado.
Para guardarlas es fundamental saber que la luz y el oxígeno son dos grandes enemigos de la buena conservación de las plantas medicinales y por eso es mejor almacenarlas en frascos opacos de cerámica o de vidrio, llenos hasta el borde para disminuir la cantidad de oxígeno que pudiera ingresar al recipiente, A medida que se use el contenido del frasco, lo mejor es ir rellenando el lugar vacío con algodón. Como la humedad las destruye rápidamente, de ser necesario, hay que volver a secarlas para que se conserven, Mantener los frascos bien cerrados evitará además que los insectos puedan arruinarlas.
D. Procedimiento para preparar recetas:
Existen muchas formas de aprovechar las propiedades curativas de las plantas, ya que no es lo mismo beber una infusión para combatir la acidez que aplicarse una pomada natural que ayude a cicatrizar una herida. A continuación se detallan los procedimientos correctos para elaborar preparados curativos en forma casera, de tal modo que resulte sencillo y rápido.
1- Bebidas curativas:
Es preferible no usar recipientes de hierro o aluminio para preparar estas bebidas curativas y además el té debe ser siempre consumido en el día y nunca por más de 2 meses. Cuando se utilizan hierbas frescas, debe usarse el doble de cantidad que cuando las hierbas están secas. A los niños se les da a beber la mitad de la dosis que a los adultos.
No todas las hierbas se someten al mismo procedimiento cuando se elabora con ellas un té. Los modos de preparación son cuatro, a saber:
A) Maceración: En este caso se remojan 1 o 2 cucharaditas de hierbas frescas o secas por taza de agua, durante unas 12 horas y a veces el doble de tiempo si se trata de un preparado con partes duras de la planta. Se conserva a temperatura ambiente y, antes de beber la infusión, se la calienta levemente, se cuela y se bebe sin endulzar. Este proceso se indica generalmente para las plantas aromáticas, para aprovechar las vitaminas y minerales sin correr el riesgo de que se destruyan durante un prolongado hervor.
B) Infusión: Por cada taza de agua se calculan entre 1 y 2 cucharaditas de hierbas, el agua se agrega hirviendo sobre la planta, se tapa y se deja reposar durante 10 minutos y se bebe a la brevedad el preparado. Este procedimiento se utiliza con flores y hojas tiernas y a veces con raíces y cáscaras, pero siempre que estas dos últimas se piquen finamente y se dejen reposar media hora en agua hirviendo.
C) Decocción: Se agregan 1 o 2 cucharaditas de hierba por taza de agua, en este caso el agua debe estar fría y se calienta la mezcla a fuego bajo el tiempo indicado en cada caso. Se deja luego reposar, se cuela y estará listo para beber. Este sistema se usa para las partes más duras de la planta, como troncos, raíces, tallos y semillas, las cuales deben estar bien picadas.
D) Tisana: Primero se deja hervir el agua y luego se agregan 1 o 2 cucharaditas de hierba por cada taza de agua. Se tapa, se vuelve a hervir durante 5 rninutos, se deja reposar y finalmente se bebe.
2- Compresas:
Por lo general, se emplean en el caso de golpes y heridas externas. Se utilizan 2 cucharadas soperas de hierbas por taza de agua, se le agrega el agua hirviendo, se deja reposar 10 minutos y luego se humedece un paño de algodón sobre el preparado, se escurre y se aplica sobre la zona a tratar. Puede a continuación cubrirse con otro paño de lana grueso para que el calor ayude a una penetración más rápida.
3- Cataplasmas:
Son semejantes a las compresas pero no se aplican calientes sino frías. Se utilizan en caso de inflamaciones y en cierta clase de golpes. Es importante no utilizar elementos de metal para prepararlas sino sólo de madera.
Las cataplasmas pueden prepararse con hierbas preferentes frescas y, de lo contrario, con hierbas secas. Las hierbas frescas se lavan, se pican y se amasan hasta que se forma una pasta y luego se envuelven en un tejido fino para ser aplicada sobre la piel o se aplican directamente.
Si se trata de plantas secas, se remojan en agua caliente, se exprimen, se dejan enfriar, se envuelven en una tela y se aplican durante 20 minutos.
4- Ensaladas y jugos:
No es preciso dar demasiadas indicaciones acerca de cómo preparar una ensalada, excepto recordar que hay que lavar muy bien las hierbas antes de ingerirlas, ya que muchas veces contienen pesticidas o fertilizantes peligrosos para la salud.
Los jugos, por su parte, pueden prepararse con un extractor centrífugo de jugos, una licuadora o un mortero, en el que se machacarán las hierbas hasta que suelten sus preciosas sustancias líquidas.
Lo fundamental de los jugos es que deben ser consumidos en el momento, ya que rápidamente pierden sus propiedades vitamínicas.
5- Baños:
A través de los baños, toda la piel que nos recubre absorbe las substancias curativas de las hierbas y por eso es tan inmediato el efecto de los tratamientos con hidroterapia.
Para preparar un baño con hierbas primero es preciso elaborar un té por infusión o decocción, aproximadamente de un puñado de hierbas por litro de agua. Ese té se agrega al agua del baño.
También se pueden envolver las hierbas en un saquito de tela fina y sumergir la bolsita en el agua del baño.
6- Tinturas:
Las tinturas son extractos preparados con alcohol en lugar de agua. Son muy concentradas y conservan su potencia por más tiempo, de modo que el efecto es más intenso que el de las bebidas, por ejemplo. Actualmente es sencillo conseguir tinturas madre ya preparadas en herboristerías o almacenes en los que se vendan productos macrobióticos, pero igual es importante aprender a fabricar las tinturas en casa.
Se puede utilizar alcohol puro de 96 grados y también vodka. Otra opción es preparar las tinturas con vinagre de vino o manzana - no blanco- estando el mismo tibio pero no hervido. La proporción es de 50 gramos de hierba seca y triturada puesta en reposo durante 6 semanas con medio litro de alcohol, en un frasco de vidrio color ámbar y herméticamente cerrado.
Durante la maceración, a veces el líquido desborda y puede manchar el sitio donde se apoya, por lo que debe colocarse el frasco sobre un platito o un plástico. Si se preparan varias tinturas será preciso etiquetarlas y anotar la fecha de preparación.
Cada dos o tres días es conveniente agitar un poco el frasco. A las seis semanas conviene colar el preparado y guardarlo en un lugar fresco, fuera del alcance de los niños.
7- Gárgaras y buches:
Por lo general, se utilizan para aliviar dolencias en boca o garganta. Se prepara un té por decocción, se hacen gárgaras y luego se expele el líquido. Su efecto es mayor por la mañana y por la noche.
8- Ungüentos y pomadas:
La substancia base con la que se mezcla el extracto de hierba puede ser vaselina, lanolina, aceite de coco o de almendra.
Puede prepararse de varias formas, a saber:
a) Mezclando una cucharadita de tintura madre por cada 30 gramos de substancia base.
b) Mezclando la hierba amasada con la substancia grasa, aproximadamente una cucharada cada 30 gramos.
c) Cocinando en 200 gramos de vaselina dos cucharadas soperas de hierba, Luego, el preparado se agita, se cuela, se deja enfriar y se guarda en un frasco, Esta última fórmula es la más duradera y por eso, también la más recomendable.
9- Jarabes:
Los niños son muchas veces reacios a tomar medicamentos, por eso esta clase de preparación resulta ideal para curar enfermedades infantiles.
Los jugos de hierbas, maceradas o decocidos, se mezclarán mitad y mitad con miel. También se pueden hervir 100 gramos de hierbas secas en un litro de agua, dejar reposar 3 días, exprimir, filtrar y adicionar ½ kilo de azúcar por cada litro de jugo. La dosis máxima para los niños es de 3 cucharaditas de té al día.
10- Inhalaciones:
Es común este uso herbario para aliviar afecciones en las vías respiratorias.
Se coloca 1 cucharada sopera de hierba por cada 1/2 litro de agua hirviendo y se inhalan durante 15 minutos los vapores, mientras la mezcla continúa a fuego minino. Se puede tapar la cabeza con una toalla para que el vapor se concentre, siempre que se tenga mucho cuidado en que la toalla no se acerque al fuego y en no volcar el recipiente. Por supuesto, también el vapor puede producir quemaduras y es preciso tomar los recaudos necesarios, sobre todo en el caso de los niños
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